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Guía de manejos

Existen dos ciclos de las bulbosas en la naturaleza, es una de las características clave de los bulbos. Ellos proporcionan un interés visual durante una sola estación, permaneciendo inactivos e invisibles el resto del año.
 

Para las especies de plantación en primavera y verano, éste es el calendario que debemos seguir:

Así mismo, para las especies que se plantan en otoño, ésta es la programación:

¿Cómo cultivarlos?

Selección del lugar: La mayoría de los bulbos y plantas de bulbos requieren de a lo menos tres horas de luz directa para una adecuada floración. Sin embargo, hay que tener precaución de que no les llegue calor excesivo al momento de florecer. Para esto hay que considerar los requerimientos de cada especie (ver las programaciones de arriba).

 

Preparación de suelo: Los bulbos requieren de suelos con buen drenaje, y sueltos en sus primeros 20 cm. El momento de la preparación es importante porque se pueden hacer mejoras al suelo, ya que quizás no se vuelva a remover durante un par de años.
Se pueden agregar varios sustratos que favorecen el desarrollo de los bulbos dependiendo de las características del suelo del lugar, como: Arena (para mejorar el drenaje), perlita (mejorar el drenaje, la aireación, y alivianar los maceteros), compost (para suelos con poca materia orgánica), turba (mejorar la retención de agua y bajar el pH), o vermiculita (mejorar la retención de agua y buena oxigenación).

 

Fertilización: Los bulbos son especies muy extractivas por lo tanto requieren un alto nivel de nutrientes. Se recomienda realizar fertilización en tres etapas de su cultivo:

 

1. Al momento de la plantación es aconsejable adicionar superfosfato triple, o algún fertilizante rico en fósforo para favorecer el enraizamiento.

2. Cuando el follaje está visible (5 a 10 cm) se pueden hacer una a dos aplicaciones de fertilizante completo rico en potasio, para apoyar y mejorar la floración.

3. Después de la floración es recomendable aplicar un fertilizante completo rico en nitrógeno, para estimular el desarrollo de follaje y por ende acumulación de reservas, que beneficiarán las floraciones futuras.

 

Plagas y enfermedades: Hay que tener cuidado con caracoles y babosas. En primavera los pulgones también pueden atacar los botones florales. El exceso de agua o anegamiento puede provocar la pudrición del bulbo.

 

Cosecha y post cosecha: Los bulbos se cosechan si es que es necesario separarlos o bien se los quiere cambiar de lugar.

El procedimiento es el siguiente: Cuando el follaje se torna amarillo y se seca se pueden extraer del suelo. Luego se saca la tierra de los bulbos, se lavan y se sumergen en una solución con fungicida. Se dejan secar a la sombra en un lugar con aireación. Cuando estén bien secos se pueden almacenar en un lugar fresco y seco.

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